ISBN: 9788499083469  Nº páginas: 209 Género: Distópico  Editorial: Debolsillo

En un mundo apocalíptico donde llueve ceniza, sin animales ni plantas, un hombre y un chico cruzan a pie el territorio estadounidense en dirección al sur. El hambre es mucho más que una preocupación diaria: es la medida de todas las cosas. Las bandas de caníbales asolan el país, si es que así se puede llamar a este yermo donde solo la barbarie ha echado raíces. El amor de un padre por su hijo, sin embargo, es la única luz de un mundo que ha perdido sus dioses. Quizá el fuego de la civilización no se haya apagado para siempre.

La angustiosa historia de este padre y su hijo, no se puede describir con otra palabra mas que entrañable y a la vez triste.

El recorrido de este hombre y su hijo, es angustioso hasta decir basta. Un relato en el que se demuestra que el amor paterno-filial es más grande que cualquier cosa. Se nos muestra como un padre por su hijo hace lo que sea, sin miedo a que su hijo lo juzgue.

Por el camino, el niño tendrá que aprender, y de hecho, aprenderá lo necesario para sobrevivir, porque una tos muy rara de su padre no augura nada bueno.

Los dilemas que plantea este libro no existen en la vida real, a no ser que de buenas a primera el mundo vaya a acabarse y tengamos que pensar en cosas como si la vida de una persona que mata porque sí merece la pena, o es mejor acabar con él. Si comer carne humana debe o no hacerse... Un sin fin de cuestiones que a más de uno le quitaría el sueño,

En ningún momento se me ha hecho pesado, es más, cuando leía de noche y me entraba sueño, me daba rabia por no poder seguir leyendo. Es una historia que engancha desde el principio y que no puedes parar de leer hasta que acabas. Quizá muy parecida a series y películas post-apocalipticas, y es lo que más me ha gustado.

Aunque me queda una duda, ¿qué harías si supieses que se acerca el fin de los días? ¿Intentarías sobrevivir? ¿Harías lo posible por quitarte la vida? ¿Te esconderías? ¿Serías de los buenos o de los malos?